El juego icónico.
Tenemos que insistir sobre el
juego como posibilidad de conocimiento. Además adecuada a los tiempos de
incertidumbre, saturación, complejidad y acelerado cambio que vivimos. El juego
tanto como previsión y como azar. Como ajedrez y como tirada de dados. ("Un coup des dés n´abolira
jamais le hasard". Mallarmé). Pero sobre todo como esencia lúdica y
activación de instancias ordenadoras fundamentales de nuestros instintos. Como
si una parte esencial y oculta de nosotros, se despertara de pronto frente al
"juego", para ejercer una fascinación de un conocimiento que se
establece permanentemente en la tensión de la duda que acerca de su propia
racionalidad plantea. Porque si no fuera por su "racionalidad" solo
un opuesto igualmente poderoso y significativo que frente a ella se definiera,
(irracionalidad) podría explicar su fascinación de universalidad cultural. Y
claro, siendo elementos dialógicos transductuales, es decir que se definen por
la oposición a su contrario y que no pueden existir sin él, sería la misma
fuerza
El juego de la historia.
El juego de pelota (Mayas y
Aztecas, pero también chinos y Mapuches o carreras de carros en la Bizancio
romana… por ejemplo... dónde había tal admiración por un corredor y era tan
famoso (creo que por el año 300 DC…),
que habiendo evadido impuestos, los pretorianos romanos fueron a buscarlo a su
casa y afuera de ella se congregó una multitud a defenderlo, como los
pretorianos cargaron, se produjo una encarnizada batalla que arrojó 7.500
muertos… el juego del amor y la seducción, el juego del espectáculo, el juego
económico, el juego de la política... ¿cómo no iba a existir el juego del
conocimiento?... Y fíjense ustedes como en realidad el conocimiento como juego
existe y a tal punto que a nadie se le ocurriría negarlo como el elemento único
-primero- y fundamental un poco después de las primeras etapas de la vida, sino
más bien cómo es que se va negando a medida que se va creciendo, al punto en
que todo termina siendo obligación, dolor, esfuerzo, sujeción, dominación,
trabajo, cuando somos adultos.
Saber es jugar.
Y es que como lo que sabemos, y
proyectamos, en esta era de flujos, se siguen dinámicas de fluidos, es decir
turbulencias, que se rigen por los criterios de lo estocástico. Y eso es el
impacto ontológico que están sufriendo las instituciones. Porque, estábamos
acostumbrados y así habíamos operado por miles de años, a considerar que como
dice el dicho "los hombres pasan, pero las instituciones quedan". Muy
probablemente esto ya no sea así. En efecto, las instituciones son las
organizaciones sociales que regulan y en las cuales se expresa, la articulación
de los desarrollos históricos, sociales y tecnológicos de determinadas épocas.
Paul Virilo, advertía que mientras más atrás descendiéramos en el tiempo, mayor
sería la "duración" de los avances tecnológicos con respecto a las
generaciones humanas y que en la era presente, una generación podía asistir a
cambios tecnológicos brutales y sucesivos. La proyección acerca de esta relación,
es realmente impresionante, como lo hemos visto al considerar la
"singularidad", donde la inmortalidad es el escenario real.
El juego de las instituciones.
Y el conocimiento pareciera no
escapar a esa determinación. Así pues, probablemente, y en la medida que
nuestra comprensión no pueda sino ser conocimiento y el conocimiento no pueda
sino ser política, y la política encuentre su expresión histórica transductual
en la sucesión de opuestos de continuidad y cambio, en una época de tanta
transformación como la nuestra, la política esté orientada más por la
movilización de los instintos esenciales, que por la racionalidad y pudiera ser
que sin darnos aún plena cuenta, sino tangencialmente, de manera práctica, a
partir de los criterios cognitivos que nos van planteando las nuevas
tecnologías y las estrategias de comunicación que a partir de ella se
desarrollan, nos estemos acercando a una nueva forma de conocer o más bien a
redituar el juego como herramienta de conocimiento. Y que en esa esfera,
encontráramos las respuestas a las inquietudes educacionales que nos plantea el
desarrollo social cognitivo-
El juego de campo climático.
Lo cierto es que el Cambio
Climático (Campo climático) está al origen de una toma de conciencia particular
de tres fenómenos que han de organizar el mundo (y la política pública) en los
tiempos a venir: la internacionalización, la consideración de largo tiempo y la
multidisciplinareidad. Son fenómenos que ya existían y a los cuales se pueden a
distintos niveles sumar otros, pero que se articulan de manera cualitativamente
nueva y van a resignificar lo existente. Así, a partir del KC percibimos los
límites globales del progreso concebido como división y fractura de las
condiciones materiales y espirituales, que se objetiva en el MPC y derivamos
hacia las fuerzas ocultas que impiden nuevos principios, manejando con enorme
riqueza y poder, información falsa pero disfrazada de “ciencia”. Si en 1984 Orwell
habló del “doble pensar”, aquí podríamos también agregar el “depensar”…
El juego del depensar.
Porque vemos por ejemplo la
dinámica paradojal del open-gov y del Wethepeople, cuando el USA Gov está
cerrado porque una mayoría de "electos", al servicio de los intereses
económicos de los más ricos (que son cada vez menos: configurando un proceso
que también debemos considerar, porque grafica de especial manera la actual
relación entre poder económico y poder político), para impedir una reforma de
salud estatal, que iría en beneficio de los más desposeídos (hay que verlo
bien) y más allá de cómo nos pareciere, bloquea el Gov. Y entonces vemos que
detrás de ello, están los mismos intereses financieros (y personales) de lo que
ha sido la oposición a la ciencia del cambio climático. Y vemos como ese mismo
principio se objetiva en Chile y en el sitio de Benny Peiser... con información
que es supuestamente científica, pero que no lo es... como las encuestas y sus
derivadas...
El juego de no-saber.
Así, hemos visto como hay
información científica que se va manoseada para seguir intereses económicos y
políticos, como es el caso con el Obama Care y los hermanos Koch, que hemos
considerado. Lo hemos visto en el caso de la “guerra con Siria”, que en
definitiva no pudo llevarse a cabo, lo vemos con el cambio climático. Lo vemos
también nosotros mismos, a través de nuestro ejercicio cotidiano, cuando
aquellos mismos que debieran garantizar su pleno y profundo ejercicio, es
decir: el gobierno… Y es que los tiempos son veloces y han ocurrido más veloces
aún: hemos entrado probablemente en la espiral de velocidad del fin de los
tiempos… De allí que nuestra propia humanidad, la que portamos, sea lo más
importante y aquello que sin trascender, trascienda…
El juego del juego.
Recordemos que la teoría de las
comunicaciones, que relatamos en las primeras clases, para situar el contexto y
los alcances de nuestro ejercicio, concebía a las sociedades humanas como
sistemas de intercambio de mensajes y que estos se daban en tres esferas de la
actividad humana: reproducción, producción y lenguaje y que cada uno de ellos
estaba marcado por tiempos diferentes del intercambio de sus particulares
mensajes y que estos se iban haciendo más cortos a medida que más avanzábamos
en la historia. Esto puede ser una explicación de aquello a lo que asistimos,
siendo parte, creación y motivo. Se disuelven los mundos que creíamos sólidos, y
probablemente, a la imagen de la materia, de la fluidez líquida, ahora estemos
pasando al gas…
Otros juegos.
Hemos impartido un curso de un semestre en el Magister de Relaciones Humanas de FAE/USACH. El curso se llamó “Convergencia,
inmediatez y singularidad. Crisis global y el lugar de lo humano”. Se trataba
de abordar desde una perspectiva holística, es decir humana, antropológica, la
extraña realidad a la que nos enfrenta la cybercultura, ese enjambre veloz de
interfases entre máquinas y humanos, del que formamos parte. Las más de las
veces sin darnos cuenta. Y es que internet ha venido a objetivar el mundo de la
imagen como mercancía que anunciaron los Internacional Situacionistas,
agrupando sobre la célula del hipertexto, la metamorfosis del organismo
cognitivo. Como aporte a una investigación sobre la “lectura de la imagen” en tanto elemento central del conocimiento y la construcción del saber de nuestra era icónica nos propusimos ver paralelamente a los contenidos de las clases, la película “El Séptimo Sello” de Ingmar Bergman.
El juego del engaño.
Pues bien, ocurrió que estando yo
hace unos tres días gratamente sorprendido por lo que reconozco como el aporte y resultados
de la visión humanista en medio de la formación de los administradores de la
función pública, me encontré con un amigo que es doctor en Estadística y decano
de Matemáticas de una muy célebre Universidad privada. Me contó de la gran
preocupación suya y de los directivos y docentes, ante el “fantasma que recorre
las universidades”: el engaño, el dolo y la trampa: se ha detectado –me dijo-,
una (o varias) redes sofisticadas, para comprar exámenes, para consultarlos, hacerlos
y distribuirlos vía “redes sociales”, e incluso de suplantación de
personalidades en los exámenes presenciales, lo cual está llevando a la
Universidad a aplicar sistemas cada vez mas sofisticados de vigilancia, sino a gastar ingentes sumas en generar sistemas de “reconocimiento facial” que serán prontamente
implementados para asegurar la “transparencia” y la confiabilidad.
El juego alegre.
La reflexión ciertamente debe
ampliarse, en razón de sus más que severas y dramáticas consecuencias, pero
quiero contrastar brevemente esta situación, con la que vivimos en el curso, y decir a que en verdad, esto no debiera llamar a sorpresa, si consideramos Ontología, Espistemología y Metodología de la cuestión... “Mucho Hobbes y muy
poco Rousseau” (demasiado pragmatismo y hegemonía de la economía y confusión
entre “lo cuantificable, lo mensurable y la realidad”), que como nos dijo
Wiener (Cibernética y sociedad) cada desarrollo tecnológico, será interpretado
como elemento de “control (Hobbes: el hombre es el peor enemigo del hombre) por los ingenieros y como
aprendizaje por las ciencias humanas y del significado”(Rousseau: hasta el más diferente de nosotros, es mi hermano). Finalmente que no otro puede ser –y seguramente seguirá en aumento-,
el resultado de un sistema en que la Universidad “vende” -más que conocimiento, diplomas... ¿han escuchado ustedes hablar del "lucro"?...- y se desarrolla
únicamente en el espacio temporal del mercado y del modo de producción
capitalista. Cierto, nosotros no hemos salido de ello, por haberlo comprendido,
pero… ¡que realidad tan diferente –podemos imaginar y con toda humildad-, entre la de
esos “centros” desarrollados sobre la evaluación, el control, la desconfianza y
el dinero, y la de nosotros acá, en éste término feliz de curso, que nos
enorgullece, porque nos hemos conocido, y entre tod@s hemos aportado de acuerdo
a nuestros saberes y capacidades, a la comprensión del mundo en el que estamos!... Aquí hay un aquí, ahora.
(Siguen los excelentes trabajos de reflexión de los alumnos y mis felicitaciones, por lo que no tiene precio.)
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