En una escala microscópica habría tantas posibilidades de explicar el resultado de una curva obtenida con un instrumento de medición de acuerdo a condiciones de contexto o históricas, que las que tendríamos para explicar un texto chino o una pintura sagrada. Por otra parte, a una escala macroscópica, la historia de las ciencias y las técnicas, está toda hecha de interpretaciones y reinterpretaciones de todos los órdenes (como lo ha bien demostrado Elements d' historie des Sciences, Michel Serres).
La técnica aún la más moderna está hecha de bricollages, pegamentos, fragmentos, reemplazos y vueltas. La tecnología no se puede utilizar sin interpretaciones y metamorfosis. El ser mismo de una proposición, de una imagen, de un dispositivo material no se determina, es decir no existe, que por las por las utilizaciones que de él se hagan es decir por la interpretación de los datos que se agrupan para explicarlo y las turbulentas operaciones de la historia de las técnicas, no cesan de reinterpretar y de dar vuelta todo aquello de lo cual se han valido, para finalidades diversas y de resultados imprevisibles que pasan sin cesar de un registro a otro.
Está movilidad es aún mucho más evidente con las tecnologías contemporáneas, que con aquellas de las sociedades de evolución lenta, aunque cualquiera, hasta el menor objeto técnico que se haya arrancado de su dominio natural o de su uso precedente, para ser reinterpretado, es decir dedicado a otro contexto, tendrá la misma significación. Ninguna técnica, ni tecnología, tiene significación intrínseca o se puede considerar "estable", sino solamente por el sentido que le dan sucesiva y simultáneamente múltiples coaliciones sociales. Puede haber una esencia de la técnica, pero ésta se confundiría con una capacidad superior de captar, de dar vueltas, de reinterpretar, que es lo que está en él núcleo mismoo de la antropogénesis (y que la haría así indiferenciable de cualquier otra producción humana).
No son pues la objetivación, la conexión mecánica entre la causa y el efecto, o el despliegue ciego de un "sistema técnico" pretendidamente inhumano, que califican mejor la técnica, si no más bien la proliferante actividad hermenéutica de innombrables colectivos sociales.
Isabel Stenges y Judith Schlanger, en el 92, mostraron que lejos de identificarse a la aplicación automática de una teoría científica, una Innovación técnica constituye una creación de significaciones. "Estas significaciones, dan cuenta, tanto de obligaciones: A) económicas (costo, precios, patentes, situación del mercado, inversiones, estrategia de desarrollo de la firma). como, B) sociales (calificaciones, relaciones sociales implicadas por la construcción de la solución de la innovación), tanto como C) políticas (accesibilidad a las materias primas, estado de la legislación a propósito de la contaminación eventual, monopolios de estado) o D) culturales (relaciones con el público).
Una Innovación técnica no existe sino en la medida que encuentra la manera de hacer coherentes tafí tinta obligaciones distinta gerentes y sólo podrá hacerlo si tiene éxito en tomar el sentido al mismo tiempo sobre el plan científico económico cultural y político cierre comillas ninguna de estas tomas de sentido está garantizada o desde antes ningún avancé técnico está determinado a priori antes de haber sido puesto a prueba por el colectivo heterogéneo de la red compleja en la cual ella deberá circular y que eventualmente tendrá éxito en reorganizar.